Revista Bionatura
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2023.08.02.31
Files > Volume 8 > Vol 8 No 2 2023

Evidencia fósil de Honduras desaparecida en el siglo XIX
Fossil evidence from Honduras disappeared in the XIX century
Leonel E. Zúniga1,2, David Aguilar-Armijo3
1 Dirección de Docencia, UNAH.
2            Profesor Departamento de Biología, Escuela de Biología, Facultad de Ciencias, UNAH
Correspondencia: [email protected]
3 Profesor Departamento de Materia Condensada, Escuela de Física, Facultad de Ciencias, UNAH
Available from: http://dx.doi.org/10.21931/RB/2023.08.02.31

RESUMEN

El siglo XIX estuvo marcado por el interés de colectores extranjeros en antigüedades de América Central, pero información de la época sobre la colecta y traslado de fósiles de Honduras al extranjero recientemente empieza a ser ampliada. Descubrimientos paleontológicos en Honduras en el siglo XIX atrajeron la atención de académicos de Estados Unidos y Europa. Estos descubrimientos sirvieron como punto de partida para formular teorías sobre la formación geológica de Centroamérica y la biogeografía del Continente Americano. Sin embargo, se desconoce mucha información sobre los fósiles reportados en la época. Se realizó una extensa revisión documental en bibliotecas virtuales de América y Europa, en la Biblioteca de la UNAH, en el Archivo Nacional de Honduras, en colecciones en línea de museos de Estados Unidos y Europa y consultas mediante correo electrónico, para identificar y documentar reportes sobresalientes de fósiles de Honduras. Los tres reportes aquí descritos, representan una pérdida importante de información paleontológica de Honduras, que demanda una mayor investigación de su destino final, y dejan abierta la pregunta si Honduras fue una “cantera de fósiles” para extranjeros, no reportada en la época.
 
Palabras Clave. Auguste Pomel, Alphonse Pinart, Charles Lyell, Centro América, Paleontología.

ABSTRACT

The 19th century was notable for the interest of foreign collectors in Central American antiquities. Still, information from the time on the collection and transfer of fossils from Honduras abroad has recently begun to be expanded. Paleontological discoveries in Honduras in the 19th century attracted the attention of academics from the United States and Europe. These discoveries served as a starting point for formulating theories about Central America's geological formation and the American Continent's biogeography. However, much information about reports of fossils at the time is still unknown. An extensive documentary review was carried out in virtual libraries in America and Europe, in the UNAH Library, in the National Archive of Honduras, in online collections of museums in the United States and Europe, and by email, to identify and document remarkable fossil reports from Honduras. The three reports described here represent an essential loss of paleontological information from Honduras, which demands further investigation of its final destination, and leaves open the question of whether Honduras was a "fossil quarry" for foreigners, not reported at the time.
 
Keywords. Auguste Pomel, Alphonse Pinart, Charles Lyell,  Central America, Paleontology.
 
 
INTRODUCCIÓN  
 
El siglo XIX estuvo marcado por el interés de extranjeros en antigüedades de América Central1, pero información de la época sobre la colecta y traslado de fósiles de Honduras al extranjero recientemente empieza a ser ampliada2 . El primer fósil de vertebrados de Centroamérica reportado en medios académicos norteamericanos fue descubierto en Honduras en el año de 1858 3. El reporte de este fósil, identificado en ese entonces como un molar de mastodonte, fue citado en medios académicos del Reino Unido, Alemania, Estados Unidos4–6 y Francia . Los documentos asociados al Museo de Historia Natural de Francia “Revue des cours scientifiques de la France et de l’étranger “ de 1864, y “Leçons sur la faune quaternaire professées au Muséum d'histoire naturelle : paléontologie stratigraphique” de 1865, hacen referencia a este fósil colectado en Honduras 7,8. El fósil se encuentra actualmente en la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia catalogado con el código ANSP 13349 3.
 
 
En 1856, el naturalista alemán Christian Gottfried Ehrenberg, reporta en el documento “Monatsberichte Der Königlichen Preussische Akademie Des Wissenschaften Zu Berlin”, una roca con microfósiles colectada en la frontera Honduras-Guatemala por Franz Hugo Hess, cónsul prusiano para América Central en ese momento9. Mediante consulta vía correo electrónico se confirmó que la roca aún se encuentra en la colección del Museo de Historia Natural de Berlín (Figura 1).




Figura 1. Fotografía de la roca con microfósiles colectada en la frontera Honduras-Guatemala en 1856, actualmente en el Museo de Historia Natural de Berlín (Copyright 2019 Museum f. Naturkunde, Berlín. Reproducida con permiso). Fotografía cortesía de David Lazarus, Museum f. Naturkunde, Berlín.
 
 
La roca con microfósiles de 1856, es un reporte notorio asociado a Honduras dado por un notable académico alemán de la época como Ehrenberg, y es un ejemplo de cómo diplomáticos al igual que empresarios que se establecieron en ese país, colectaban ejemplares en Honduras y los llevaban a museos del extranjero 1. Colectores extranjeros también visitaron Honduras en el siglo XIX en busca de antigüedades y ejemplares de tipo biológico que terminaban siendo adquiridas por museos de Estados Unidos y Europa. Ejemplos sobresalientes en este ámbito fue Eric Wittkugel 1,10 y George Franklin Gaumer 11.
 
La llegada del geólogo y paleontólogo alemán Reinhold Fritzgaertner a Honduras en 1878, impulsó una era de reportes de fósiles de ese país a finales del siglo XIX 2, pero aún se desconoce mucha información sobre el destino de los fósiles reportados así como de reportes previos a su llegada. Este artículo describe tres importantes reportes paleontológicos de Honduras a lo largo del siglo XIX, de los cuales se desconoce su destino final.
 
MATERIALES Y METODOS
 
Se realizó una revisión documental en el Archivo Nacional de Honduras, y en siguientes bibliotecas virtuales de América y Europa como parte del proyecto “Reporte histórico de fósiles de aves gigantes descubiertas en Honduras en el siglo XIX vinculado a la Misión Científica Francesa para México y América Central”. Se realizó la búsqueda enfocada en documentos publicados desde el año de 1830 a la fecha y utilizando principalmente tres grupos de palabras clave: Grupo A “Lyell”, “fósiles”, “conchas”, “Honduras”, “Jamaica”, “1933”; Grupo B “París”, “exposición mundial”, “Fósiles”, “Cuba”, “mastodonte”, "hipopótamo", "Honduras", “Pomel”, “Fernández de Castro”, "1867","1868","1871","1872"; y  Grupo C “Pinart”, “Honduras”, “Danlí”, “Fósil”, “aves gigantes”, “1896”, “1897” en el idioma español, inglés, y francés. A partir de cada referencia identificada de nivel terciario o secundario, utilizando los datos contenidos en ellas, se amplió la búsqueda para encontrar referencias de nivel primario del mismo evento o hecho. De los cerca de 200 documentos revisados, se seleccionaron principalmente referencias de nivel primario para una lectura minuciosa y análisis, con mención directa o indirecta a los tres reportes seleccionados. Además, se realizaron consultas mediante correo electrónico a museos e instituciones relacionadas con los reportes aquí descritos
 
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
 
Charles Lyell y los fósiles de bivalvos de Honduras, 1833
 
El reporte más antiguo identificado de fósiles colectados en Honduras se remonta a 1833, mencionados por el geólogo inglés Charles Lyell, en el capítulo X del volumen III de su libro “Principios de Geología” donde hace referencia a conchas fósiles procedentes de la parte continental de ese país 12, resaltando su cercanía geográfica a Jamaica y su exposición en el entonces Museo Británico, tomando este reporte como un fundamento para presentar esta parte de América Central como un estrato geológico reciente. Aunque no fue posible identificar algún documento que ampliara más información sobre estos fósiles, un importante antecedente proviene de Sir Henry Thomas De la Beche, geólogo y paleontólogo inglés, quien hizo la primer descripción geológica de Jamaica13,14, y que reportó en 1827 fósiles de bivalvos colectados en Jamaica 15, seis años antes de la publicación de Lyell. Lyell también publicó un artículo en la misma revista en la que De la Beche publicó un artículo sobre la geología de Jamaica16. Además, Inglaterra mantenía desde el gobierno colonial en Jamaica en la época, vínculos con la costa norte de Honduras y Nicaragua 17,18, lo que brindaba la posibilidad de intercambios e incluso colecta de ejemplares en Honduras.
 
La influencia de las ideas de Lyell sobre la geología de Centroamérica es notoria. Por ejemplo, en 1836, Thomas Thomson, “Regius Proffesor” de Química de la Universidad de Glasgow, hace referencia en su libro “Outlines of Mineralogy, Geology, and Mineral Analysis” al reporte de Lyell, mencionando a Honduras como uno de los sitios con evidencias de estrato reciente 19. La idea de una conexión entre el Atlántico y el Pacífico a través de Panamá basado en considerar a Centroamérica como un estrato reciente también fue discutida por el naturalista británico Robert John Lechmere Guppy en 1866 20. Sin embargo, Lyell después de su referencia a Honduras en 1833, gradualmente suprime la referencia a estos fósiles tanto en las versiones siguientes de su libro “Principios de Geología” como en el libro publicado en 1838 “Elementos de Geología 21–24. Los fósiles reportados son notorios, ya que posteriormente de la parte continental de Honduras se reportó fósiles de ambientes  acuáticos que no coinciden con la idea de Lyell de América Central como un estrato geológico reciente 2,25,26.
 
De los fósiles de Honduras mencionados por Lyell, no se encontró ningún registro actual en las bases de datos de colecciones en línea o mediante consultas vía correo electrónico en los museos del Reino Unido que poseen registros y colectas afines a la paleontología y geología de Centroamérica y el Caribe, incluyendo en la búsqueda el Museo de Historia Natural de Londres fundado a partir del anterior Museo Británico.

Fósiles colectados en Honduras en medio de la controversia académica Francia-España-Cuba de 1867-1872.  
 
En el año de 1867 se llevó a cabo en París una de las Exposiciones Universales, que eran eventos de gran envergadura que se realizaban con cierta frecuencia en ciudades importantes de Europa y Estados Unidos en el siglo XIX, a la que asistían representantes de muchos países exponiendo ejemplares de sus productos y minerales, así como antigüedades, incluyendo fósiles. La participación de España en ese evento incluyó la exposición de una colección de casi 600 fósiles a cargo de Francisco Jimeno y Manuel Fernández de Castro, colectados en la isla de Cuba, en ese entonces bajo dominio español 27. Fósiles de mamíferos de esta colección habían sido descritos en 1865 (figura 2) en el libro “De la existencia de grandes mamíferos fósiles en la isla de Cuba” escrito por Manuel Fernández de Castro, Ingeniero de Minas español 28, al frente de la Inspección de Minas de la Isla de Cuba29.
 
 
 
 
Figura 2. Imagen de fósiles tomada del documento de 1865 “De la existencia de grandes mamíferos fósiles en la isla de Cuba”28.
 
 
La colección de fósiles incluía un colmillo de hipopótamo y una mandíbula de perezoso 30. El descubrimiento del fósil de perezoso había sido reportado en Cuba en 1861 por el académico cubano-francés Felipe Poey, quién envió un dibujo esquemático de este fósil al renombrado paleontólogo norteamericano Joseph Leidy, quien lo identificó como parte del género Megalonyx, 28. En la Exposición Universal en París, el mismo fósil de mandíbula fue examinado por los paleontólogos franceses Édouard de Verneuil y Auguste Pomel 31. Pomel publicó artículos sobre este fósil en 1868, asociándolo también al género Megalonyx, denominándolo Myomorphus cubensis, con el respaldo de Adolphe D'Archiac, geólogo y paleontólogo del Museo de Historia Natural de Francia 31,32.

Poco tiempo después de su primeras publicaciones, Pomel publica una nota adicional sobre los fósiles de Cuba, donde declara su desconocimiento de la publicación previa de Fernández de Castro y expresa que el colmillo de hipopótamo incluido en las misma colección no era de origen fósil y que pertenecía a un hipopótamo reciente 33, iniciando en 1868 una controversia académica con Cuba y España que duró al menos 4 años. Ese mismo año, el reconocido paleontólogo norteamericano Joseph Leidy publica un artículo sobre los fósiles de Cuba y también resta credibilidad a los fósiles de hipopótamo presentados en esa colección 34.
 
Tres años después (1871) y a solicitud de Fernández de Castro, la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid emitió un informe publicado en la “Revista Minera”, después de una profunda investigación, en la que se enviaron fósiles de Cuba a Madrid para su evaluación, afirmando la confiabilidad del fósil de Hipopótamo, con la adicional descripción de fósiles de mastodonte entre los ejemplares enviados 35. Sin embargo, ese mismo año y en un número siguiente de la misma revista, Fernández de Castro, en un acto de gran altura académica, publicó una nota aclaratoria informando que los fósiles de mastodonte incluidos en la investigación no provenían de Cuba sino de Honduras y que habían sido donados a la Academia de Ciencias de Cuba por Leonardo Del Monte, e incluidos por error en la investigación, lo que también quedó registrado en 1872 en los “Anales de La Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana” 36–38 (figura 3). Es de hacer notar que en el Museo de Historia Natural de Francia se tenía conocimiento de la presencia de fósiles de mastodonte en Honduras al menos desde el año de 1864 8.
 
Figura 3. Referencia a los fósiles de mastodonte de Honduras en los Anales de La Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana de 1872 37.
 
 
Los fósiles de mastodonte de Honduras reportados en medio de la controversia académica Francia-Cuba-España de 1868-1872, dejó constancia del segundo registro paleontológico de vertebrados de Honduras en el siglo XIX. Fernández de Castro, expuso al público nuevamente los fósiles atribuidos a Hipopótamo en el cuarto Congreso internacional de Americanistas celebrado en Madrid en 1881, pero sin hacer referencia a los fósiles de Honduras 39. Una colección de 214 fósiles de los presentados en Paris en 1867 fueron presentados en la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América realizada en Madrid en el año de 1892, donde se reafirmó la fiabilidad de los fósiles de hipopótamo descritos por Fernández de Castro, pero sin hacer referencia a los fósiles de Honduras 40. Este evento que hizo referencia a fósiles de mastodonte de Honduras se comentó nuevamente 31 años después en la revista Science, publicada en Estados Unidos 41, y en 1910 en una publicación de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana 42.
 
De los fósiles de Honduras mencionados por Fernández de Castro, no se encontró ningún registro actual en las bases de datos de colecciones en línea o mediante consultas vía correo electrónico en instituciones relacionadas al reporte.
 
Fósiles de Aves Gigantes reportados en la Sociedad de Geográfica de Francia, 1897.
 
En el año de 1897, el famoso antropólogo y explorador francés, Alphonse Pinart, después de su visita a Honduras como representante de la Misión Científica Francesa para México y Centroamérica, brinda un informe en la reunión de la Sociedad de Geografía de Paris, en el cual hace referencia al descubrimiento reciente de fósiles de aves gigantes (figura 4) en Danlí, una localidad asociada a actividad minera al este de Honduras (figura 5). Este reporte se encuentra en al menos 5 documentos, "Compte rendu des séances de la Société de géographie et de la Commission Centrale" 43, "Reports of the Scientific Commission of the Republic of France" 44,  "Revue de géographie"45, “Revue francaise de l'etranger et des colonies et Exploration, Gazette Géographique46, y “Notes sur l'américanisme : quelques-unes de ses lacunes en 190047.
 
   
 
Figura 4. Reporte de Alphonse Pinart en París del descubrimiento reciente de fósiles de aves gigantes en Danlí, Honduras, 1897. (Tomado de "Compte rendu des séances de la Société de géographie et de la Commission Centrale" 43)
 


 
 
 
Figura 5. Ciudad de Danlí, Honduras, año de 1905. (Tomado de “Guía de Honduras”48 )

 
El reporte de aves fósiles gigantes fue un tema de mucha importancia a finales del siglo XIX 49. Muy cerca de la fecha del reporte de Honduras, paleontólogos extranjeros habían reportado importantes fósiles de aves gigantes, como Francisco Moreno y Florentino Ameghino de Argentina en 1891 49,50 y Othniel Marsh 51 en 1894. El reporte de fósiles de aves gigantes de Honduras fue dado en la reunión de la Sociedad de Geografía de Paris 43 a la que pertenecía el famoso paleontólogo francés Alphonse Milne-Edwards referente mundial de la época en el estudio de fósiles de aves 52 y quién llegó a ser presidente de esa sociedad el mismo año del reporte 53.
 
Pinart, aunque su enfoque disciplinar era principalmente etnográfico, consideraba de importancia el reporte de fósiles después de sus exploraciones. En 1872, después de una exploración en la costa noroeste de Norte América, Pinart colecta y reporta algunos de los primeros fósiles de Alaska 54,55, incluyendo un fósil de vertebrado 56. También, en el año de 1884, el documento “Mission scientifique au Mexique et dans l'Amérique centrale. Recherches zoologiques pour l'histoire de la faune de l'Amérique centrale et du Mexique. Première partie", hace referencia a fósiles de vertebrados provenientes de México, donados por Pinart al Museo de Historia Natural de Francia 57.
 
La visita de Pinart en 1896 ocurre durante un periodo de mayor afinidad política de Honduras con Francia, recibiendo del Gobierno de Honduras autorización oficial para realizar estudios y exploraciones en distintos lugares del país 58. Es notorio que Pinart recibe una comunicación de Reinhold Fritzgaertner en su arribo a Honduras 44, brindándole información de importancia minera del país y ofreciendo sus servicios como asesor, por lo que Pinart inicia su visita con una apertura al vasto conocimiento de Fritzgaertner sobre la geología y paleontología de Honduras, quien para entonces difundía activamente información de la riqueza paleontológica de Honduras en el extranjero 2,59.Sin embargo, la amplia concesión de exploración otorgada por Honduras a la Misión Científica Francesa para México y Centroamérica al mando de Pinart que incluía también las Ruinas de Copan, generó un reclamo al Gobierno de Honduras por parte del Museo Peabody de Arqueología y Etnología de la Universidad de Harvard60, ya que afectaba la exclusividad de exploración de Copán que este museo había recibido por parte del Gobierno de Honduras en años anteriores.
 
Resalta como parte del contexto histórico, que para la fecha del reporte de fósiles de aves gigantes de Honduras, habían pasado siete años desde que se hiciera pública la controversia académica entre los paleontólogos norteamericanos Othniel Marsh y Edward Drinker Cope 61, que implicó prácticas cuestionables en la colecta de fósiles 62–64. Edward Drinker Cope había tenido un vínculo cercano con Fritzgaertner 2, mientras que Pinart previo a su visita a Honduras, intercambió en 1892 correspondencia con Othniel Marsh 65. Marsh fue presidente del Museo Peabody de Historia Natural de la Universidad de Yale, y era sobrino de George Peabody, filántropo norteamericano que financió la fundación de este museo y del Museo Peabody de Arqueología y Etnología de Harvard 66.
   
Sin embargo, de los fósiles de Honduras mencionados por Pinart, no se encontró ningún registro actual en las bases de datos de colecciones en línea o mediante consultas vía correo electrónico con el Museo de Historia Natural de Francia. La redacción del informe de Pinart sugiere solo una referencia al descubrimiento de los fósiles y no necesariamente a haber sido parte del mismo, sino que podría haber sido realizado por otros colectores y haber llevado estos fósiles a otros países, incluyendo Norteamérica.
 
 
Fraudes, fósiles perdidos y fósiles recuperados en la historia de la paleontología
 
Al igual que otras ciencias, la historia de la paleontología no está exenta de situaciones particulares en el tratamiento de ejemplares colectados. El “Hombre de Piltdown” por ejemplo, un fraude paleoantropológico famoso, fragmentos de cráneo y mandíbula de un supuesto intermediario entre simios y el hombre fue presentado por el Museo de Historia Natural de Londres en 1912 e incluido en publicaciones académicas. Una evaluación independiente 41 años después, concluyó que el cráneo era de un humano reciente y le habían aplicado un tratamiento químico para provocar una apariencia de antigüedad y la mandíbula había sido adulterada y era de un simio reciente 67,68. Otro ejemplo sobresaliente asociado al anterior es el “Hombre de Pekín”, un grupo de fósiles, que fueron reportados en la década de 1920 en Zhoukoudian, China, pero que desaparecieron durante su traslado a Estados Unidos en 194169,70, impidiendo una evaluación independiente a profundidad. Es notorio que en ambos reportes participó Theilhard de Chardin71,72.  
 
Un caso reciente en Latinoamérica es el fósil de plesiosaurio que ha sido retornado a Colombia casi 70 años después de su descubrimiento. Una exploración petrolera en Colombia encuentra en 1949 un cráneo de plesiosaurio que es llevado a Estados Unidos en calidad de préstamo hasta la publicación de su descripción que ocurre en 196273, pero después de la misma no es retornado a Colombia. El Gobierno de Colombia debió realizar el proceso de gestión de retorno del fósil, concretándose hasta en el año 2018 74 .
 
Particularmente en Honduras, en el año de 1933, se reportó en diferentes medios de comunicación de Estados Unidos el descubrimiento de un posible fósil de dinosaurio en Honduras, que sería el primer fósil de dinosaurio de Centroamérica, del que solo existen fotografías, en un momento de intensa discusión académica de teorías que dependían de la paleontología de esta región como la teoría de la Deriva Continental y la teoría del Gran Intercambio Biótico Americano75. El fósil fue llevado a Estados Unidos pero se desconoce cuál fue su destino final, y por ende no fue incluido en la discusión de dichas teorías ni se realizaron exploraciones posteriores en busca de más evidencia75. En 1971 se documentó un fósil de dinosaurio en otra localidad de Honduras, el único de Centroamérica, y que sigue planteando un desafío a las teorías biogeográficas y geológicas de esta región 76. Décadas después de este reporte, una de las piezas paleontológicas más importantes de Honduras en términos de patrimonio, una mandíbula completa de un proboscidio extinto, fue recuperada por el gobierno de Honduras antes de ser llevada al extranjero de forma ilegal, y forma parte de la colección actual de fósiles del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH),  (Eric Fernández77, comunicación por mensaje, agosto 2017).
 
 
 
Centroamérica en la discusión teórica de la biogeografía y geología del Continente Americano
 
Centroamérica representa un estrecho puente de tierra que conecta América del Norte con América del Sur, permitiendo en la actualidad la migración de especies terrestres entre ambos extremos. Sin embargo, la paleogeografía y la biogeografía de América Central y el Caribe sigue considerándose temas muy complejos y la historia tectónica de esta región aún está lejos de establecerse 78, y la discusión alrededor de los procesos que intervinieron en la formación geológica de esta porción del continente americano ha crecido en los últimos años79–82. La importancia de la paleontología de Centroamérica en la discusión teórica sobre la biogeografía del continente americano fue resaltada desde 1916 por el reconocido paleontólogo norteamericano William Berryman Scott en su artículo “El Istmo de Panamá en su relación con la vida animal de Norte y Sur América” expresando lo siguiente 83(p113) “...a menos que la teoría de la evolución pudiera ofrecer una solución racional y satisfactoria de estos problemas de la distribución, los fundamentos de la teoría serían enormemente debilitados”. La importancia de la paleontología de Honduras en esta discusión es evidente desde el siglo XIX2, y fue resaltada en el siglo XX por el Field Museum of Natural History de Chicago 2,84.  
 
 
CONCLUSIONES
 
Los tres reportes aquí descritos, representan una pérdida importante de información paleontológica de Honduras. Honduras representó en el Siglo XIX un sitio importante de descubrimientos paleontológicos que influyeron en el surgimiento y discusión sobre las teorías de la formación geológica de Centroamérica. Cualquier reporte de fósiles de Centroamérica tenía el poder de afirmar o debilitar teorías y al no armonizar las evidencias, aumentaría la discusión sobre su formación geológica y la validez de los modelos propuestos tanto para la formación geológica de Centroamérica como para la teoría del Gran Intercambio Biótico Americano.
 
El reporte de fósiles de bivalvos de Honduras por Lyell en 1833 fue la base para crear la idea de una Centroamérica geológicamente reciente, pero los subsiguientes reportes de fósiles de Honduras, como el reporte de un posible fósil de dinosaurio de Honduras en 1933, así como el fósil de dinosaurio ornitópodo de 1971 son registros que debilitan lo planteado inicialmente por Lyell, y demandan una mayor investigación paleontológica de Honduras y la revisión de los modelos de las teorías sobre la formación geológica de Centroamérica y la teoría del Gran Intercambio Biótico Americano.
 
El reporte de fósiles de mastodonte de Honduras en medio de la controversia académica Francia-Cuba-España de 1868-1871 evidenció la altura ética del académico Cubano-Español Fernández de Castro, y dejó en evidencia también la colecta de fósiles en Honduras en el siglo XIX y su traslado fuera del país poco tiempo después del descubrimiento del fósil de 1858.
 
El reporte de Pinart de fósiles de aves gigantes de Honduras demanda una investigación a fondo para identificar sus colectores y el destino final de los mismos, ya que ocurre, cuando el reporte de fósiles de aves gigantes era un tema de enorme importancia en el mundo académico, en una fecha cercana a la “Guerra de los Huesos”, la mayor controversia en el mundo de la paleontología, y cuando había una evidente difusión de información de la riqueza paleontológica de Honduras y vínculos académicos internacionales que posibilitaban la colecta de ejemplares en Honduras y su traslado al extranjero, y sumado a los reportes aquí descritos, dejan abierta la pregunta si Honduras fue una “cantera de fósiles” para extranjeros, no reportada en la época.  
 
 
Contribuciones de los autores: Conceptualización, Zúniga L.; metodología, Zúniga L. y Aguilar-Armijo D.; software, Zúniga L.; validación, Zúniga L. y Aguilar-Armijo D.; análisis formal, Zúniga L. y Aguilar-Armijo D.; investigación, Zúniga L. y Aguilar-Armijo D.; recursos, Zúniga L.; curación de datos, Zúniga L.; redacción—preparación del borrador original, Zúniga L. y Aguilar-Armijo D.; redacción—revisión y edición, Zúniga L. y Aguilar-Armijo D.; visualización, Zúniga L.; supervisión, Zúniga L.; administración de proyectos, Zúniga L.; adquisición de financiación, Zúniga L. Todos los autores han leído y aceptado la versión publicada del manuscrito.
 
Financiamiento: Esta investigación no recibió financiamiento externo.
 
Declaración de la Junta de Revisión Institucional: La presente investigación se realizó siguiendo el Manual de publicación, difusión y comunicación de la investigación científica y tecnológica de la UNAH y el Manual de ética de la investigación en la UNAH
 
Agradecimientos: Se agradece enormemente a Nelly Paredes, David Zuniga, Nelly Raquel Zúniga, Jonatan Zúniga, Cory Zúniga, Elías García Urquía, por su colaboración y apoyo en la realización de esta investigación. A Nereyda Estrada por su asesoría y sus valiosas recomendaciones. A Omar Talavera, Leonel González, Nelson Carrasco y Karen Medrano del Instituto Hondureño de Antropología e Historia por su apoyo y asesoría en consultas a académicos, en las búsquedas en el Archivo Nacional de Honduras y acceso a la colección de Fósiles del IHAH. A Lilian Sosa de la DICIHT-UNAH y a Emelda Brevé y Patricia Rodas de la Biblioteca Virtual de la UNAH por su apoyo en la gestión de documentos históricos. A las Autoridades de la UNAH Leonarda Andino Directora de Docencia de la Vicerrectoría Académica, Alejandro Galo Decano de la Facultad de Ciencias, María Luisa Niño Asistente Estratégico de la Facultad de Ciencias, Alicia Cárcamo Jefa del Departamento de Biología, Elia Sarmiento Directora de la Escuela de Biología, Santiago Ruíz Director de Investigación Científica Humanística y Tecnológica y Joseph Malta, por su apoyo a esta investigación.  
 
 
Conflictos de Interés: Los autores declaran no tener conflictos de interés.
 
 
REFERENCIAS
 
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Received: 10  February 2023/ Accepted: 15 May  2023 / Published:15 June 2023
 
 
Citation: Zúniga L E, Aguilar-Armijo D. Evidencia fósil de Honduras desaparecida en el siglo XIX. Revis Bionatura 2023;8 (2) 31. http://dx.doi.org/10.21931/RB/2023.08.02.31
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